Los inmigrantes participan y forman parte de nuestra Iglesia (en nuestra parroquia he calculado que son mas 60%), pero no aparecen muchos en las actividades otras que la participación a las misas dominical.
El poder se conquista mas que se otorga, en la linea de la postura de la Santa Sede, los no-catalanes de nacimiento y/o de lengua deben no sentirse como minoría y actuar para conseguir «la justa participación de todos» en la Iglesia de aquí.
ROMA, el jueves 15 marzo 2012 (ZENIT.org) - Para la Santa Sede, las calificativos «minoría» y« mayoría »deberían desaparecer cuando califican a las poblaciones.
El Observador permanente de la Santa Sede para las ONU en Ginebra, Mgr Silvano M. Tomasi es en efecto intervenido en este sentido en el momento de la 19esession del Consejo de los derechos humanos, para el 20º aniversario de la adopción de la declaración de los "derechos de las personas que pertenecen a minorías nacional, étnica, religiosa y lingüística", ayer, 14 marzo 2012.
La Santa Sede se inquieta, declara Mgr Tomasi, de las violaciones de los derechos de las minorías, sea por «la indiferencia» esté por la«voluntad política de marginar o de reprimir, o incluso eliminar» las comunidades que tienen una identidad diferente. Además, denuncia, imponer «dependencias sectarias, étnicas o religiosas» cómo«criterios»para pertenecer a un Estado es« contrario a la universalidad de los derechos humanos» y conducto a« la manipulación y a los abusos».
Para que todos los ciudadanos de un Estado sean realmente «socios», la Santa Sede envite pues a considerar« el utilidad» de suprimir los conceptos de« mayoría»y« minoría »para caracterizar poblaciones. Tal decisión, subraya al arzobispo, sería «de acuerdo» con el principio de fundamento de los derechos humanos que« muy son iguales en derechos y deberes» así que el derecho de cada uno a« se asociar con otros para desarrollar identidades y actividades cultural, religiosa y política».
Para un futuro más apacible, insiste, es necesario que «la dignidad de toda persona» esté respetada« sin de las clasificaciones tales como "mayoría" y "minoría" pero en virtud de nuestra humanidad común, dada por Dios».
Para la Santa Sede, no solamente los grupos étnicos, religioso o lingüísticas distintos en un Estado pueden cooperar constructivamente para el bien común pero además, pueden« enriquecer su vida cultural y social». La gobernación de un Estado, prosigue Mgr Tomasi, se debe pues de favorecer «la justa participación de todos», con el fin de asegurar la«coexistencia pacífico», el«desarrollo social» y la«prevención de los conflictos».
Debe sin embargo, hace observar, que cada grupo respectivo sea «abierto al diálogo», sabiendo que« nadie no existe para él mismo, pero cada uno encuentra su plena identidad respecto a los otros, personas o grupos ». 
