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sábado, 31 de agosto de 2013

El Papa Francisco elige su brazo derecho

El papa ha formulado uno de los actos más importantes desde su elección eligiendo, el sábado, a un primer ministro relativamente joven y muy respetado en el medio eclesial, Mgr Pietro Parolin.

El Papa Francisco acaba de proceder a la nominación más delicada de su pontificado. Ha elegido Mgr Pietro Parolin, un italiano de 58 años, como primer ministro. Reemplaza el cardenal Tarcisio Bertone, 78 años, pero que no ha estado siempre a la altura de esta función central de la Iglesia católica que ha ocupado durante siete años y del cual el pontificado de Bendicto XVI ha padecido objetivamente.

La lección ha llegado. El Papa Francisco ha tomado la hora de elegir a su «Secretario de Estado», designación oficial de su brazo derecho. Necesita a un hombre de talla para gobernar la Iglesia en su administración ordinaria pero para ayudarlo ante todo a llevar a cabo la reforma temida de la curia romana. Y la del banco de Vaticano...

Ha optado primero pues por un prelado joven de forma inhabitual para tal función. Es incluso un récord histórico. Su trabajo consiste en asumir al gobierno cotidiano y temporal - mundial - de la Iglesia católica, interna y externa. Ha seleccionado por tanto a un italiano puesto que esta responsabilidad requiere un fino conocimiento de las ruedas de la curia romana, de sus costumbres y lenguajes codificados que sólo una cultura italiana permite penetrar.

Lo ha tomado sobre todo entre el cuerpo de los nuncios apostólicos, lo que es una vuelta a la normal. Estos embajadores del papa son en realidad los énarques de la Iglesia. Muchos atribuían además las carencias del cardenal Bertone a este nivel de responsabilidad por cierto que no era justamente no procedente de esta élite clerical. Sus miembros son rotos en efecto a una intensa experiencia internacional. Son formados también al arte de administrar muy eficazmente los asuntos delicados pero sin crisis inútiles. Una alquimia muy católica que alía agilidad, paciencia y... firmeza.

La confianza de Benedicto XVI

Pero Mgr Parolin no es sin embargo un nuncio anodino. Si ha sido llamado hace cuatro años embajador del papa en la Venezuela de Hugo Chávez estaba para su capacidad a valerse de los intereses de la Iglesia en un contexto nacional difícil. Tenía la confianza de Benedicto XVI que lo había promocionado - incluso ordenado obispo.

En los pasillos del Vaticano, dos interpretaciones radicalmente opuestas explicaban sin embargo este «alejamiento» de Roma. Este brillo sujeto cerca del antiguo secretario de Estado el cardenal Ángelo Sodano no estaba forzosamente en el espíritu del equipo Bertone entonces en el poder. Les podía hacer sombra a algunos. Otros consideraban al contrario que este paso en una importante nunciatura latino-americana lo podía preparar para las más altas funciones.

Puesto que antes de salir Mgr Parolin ejercitó en efecto con un raro brío la función de «Subsecretario para las relaciones con los Estados» de 2002 a 2009. Es decir ministro de Asuntos Exteriores adjunto. Primero bajo la responsabilidad de muy reputado cardinal Jean-Louis Tauran del cual es un discípulo en materia diplomática, después con Mgr Lajolo y finalmente con el actual ministro de Asuntos Exteriores, el francés Mgr Dominique Mamberti.

Un verdugo de trabajo

Del aviso de todos, este verdugo de trabajo, siempre informado de forma destacable, destacó en este puesto. Esta experiencia global le ha dado una visión panorámica de todos los problemas internacionales. Completaba dos largas estancias en nunciatura en Nigeria y en Ciudad de México. Y un papel de consejero diplomático a la curia donde ha seguido de cerca España y... Italia.

Es decir la capacidad política de este prelado, nativo de Schiavon, cerca de Vincenza al norte Es de Italia, no lejos de Venecia, a que la Iglesia ha confiado, muy temprano, de altas cargas y quien impresiona a sus interlocutores por su capacidad para analizar sintéticamente las situaciones sin eludir ningún aspecto de los problemas, sabiendo ponerse en lugar de eso a todos los protagonistas.

Mgr Parolin quien habla italiano, inglés, francés y español ha trabajado también muy activamente sobre los informes de las relaciones bilaterales más difíciles de la Santa Sede. Con Israel en primer lugar. Con la China igualmente: ha sido el inspirador de la famosa carta de Benedicto XVI a los católicos chinos en mayo 2007 que se lo opuso al cardenal Zen de Hong-Kong puesto que Parolin ha promocionado siempre una política de reconciliación entre la Iglesia oficial y la Iglesia subterránea. Este peritaje que lo será hoy muy útil para aconsejar al papa Francisco, jesuita pues preocupado por un acercamiento con China.

Una «altura»

Mgr Parolin, mediador fuera de par, ha ido también muy lejos en las discusiones aparentemente imposibles pero que ha sabido hacer útiles con Irán y el Vietnam donde ha ido repetidas veces. Siempre para la cuenta de la Santa Sede ha trabajado también en negociaciones internacionales para la no proliferación de las armas nucleares. Vuelve finalmente de Caracas, con un balance observado mientras que las relaciones entre el presidente Chávez y la Iglesia institucional no eran evidentes.

Es pues una «altura» que el Papa Francisco ha elegido y que se debería imponer sin demasiadas dificultades en el seno de la Curia donde va a deber conducir uno profundo de cambio de mentalidad y de método de trabajo. Transformando la función incluso de Secretario de Estado, menos pensamiento como un poder piramidal y pantalla, alejando al Papa de sus cardenales y ministros, pero más querida como lugar de intercambio para una gobernación más colegial de la Iglesia sobre el modelo de una cancillería de lo que fue en una época.

Mgr Parolin tomará además posesión de un cargo el 15 de octubre, dos semanas después de la importante reunión en Roma de los ocho cardenales - no residentes en Vaticano pero procedentes del mundo entero - al cual el Papa Francisco ha pedido que prepare... la reforma de la curia romana. El calendario de su nominación ha sido organizado para que acompañe, desde su toma de posesión, esta nueva era de gobernación deseada por el Papa Francisco.