Vínculos Google

martes, 29 de marzo de 2011

TERCER DOMINGO DE CUARESMA2011

TERCER DOMINGO DE CUARESMA. CICLO A
Para consultar las lecturas, podéis clicar en el siguiente enlace:
El evangelio es una versión reducida. Para la versión completa del evangelio: 
Homilía, preparada por Mn. Pere Oliver. (Son solo unos pensamientos).
En la primera lectura hemos escuchado un trozo del episodio de la estancia en el desierto, del pueblo de Israel, después de la huida de Egipto. El pueblo se encuentra con dificultades, a tenido la tentación de volver atrás. Su pensamiento ha sido que a veces es mejor seguir viviendo como esclavos, que tener que vivir en pleno desierto, donde hay que buscarse la vida, o mejor dicho vivir de la confianza con Dios. El pueblo murmura contra Moisés y contra Dios, tienen sed, y el agua que encuentran es amarga. Moisés habiendo invocado a Dios, este les concede el agua y les conduce hacia una región donde encontrarán 12 fuentes, una para cada tribu, pero el pueblo sigue murmurando contra Moisés y contra Dios. Habían visto con sus propios ojos las obras del Señor, pero no les bastan o por avaricia o por falta de lealtad a su Dios, no se sienten saciados. Cuando uno tiene, quiere más, y más… y más….
El pueblo de Israel tiene sed, pero la samaritana y Jesús también hablan de agua, de sed….
Jesús también tiene sed: «dame de beber». Me viene a la memoria, otro momento en que Jesús tiene sed ¿os acordáis? Si, si, dice «tengo sed». Pues eso, en la cruz vuelve a tener sed, no se si en otros pasajes vuelve con el tema de la sed. Pero también me acuerdo, que dijo: «si alguien tiene sed, que venga a mi, […]» ¿Pero como puede ser que el tenga sed?
Pues bien, creo que su sed, no es su sed, es nuestra sed. Quizás el nos saque el tema de la sed, para hacernos caer en la cuenta que realmente quien necesita saciare la sed soy yo….
¿Quien tiene sed, Jesús o la samaritana? Vayamos por partes:
Realmente cada día podemos experimentar como necesitamos del agua para que calme la sed. Y de esta experiencia humana, de nuestra realidad. Jesús, es capaz de sacar de nosotros un manantial, por decirlo de alguna manera. El pueblo de Israel en el desierto y la samaritana, todos los días, debían regresar a la fuente, al pozo, a por agua, un lugar.
Pero, fijaos, Jesús pide mas que agua. Jesús, pide a la samaritana que se desahogue. Cuanta necesidad hay hoy en día de que nos desahoguemos. Os tengo que confesar, que a finales de verano, con un viaje relámpago con un amigo, un buen amigo, de los que solo por gracia de Dios te encuentras en la vida, tuve necesidad de desahogarme, y no es fácil, el como Jesús me tuvo que salir al encuentro, me tuvo que ayudar, a sacarme una espina que desde hacia años me dolía, de hecho ya estaba tan acostumbrado a ella formaba parte de mi. Pero todo ayudo, la amistad, el lugar, el ambiente,…. No lo provocamos, nos lo encontramos, y claro, con Jesús entre nosotros fue para mí un momento de liberación, como otros que tienes en la vida y que dejan huella. El encuentro de Jesús con la samaritana dejo huella, la transformo…
¿Qué es lo que quiere Jesús de nosotros? Que nos vaciemos. Para dar culto a Dios. Culto? Si, para que nos llenemos de Dios, para que entendamos que nuestra vida vivida desde los esquemas de nuestro mundo no nos sacia. Solo desde Dios, solo en Dios, solo para Dios podemos entender la vida, pues el nos promete el agua viva, es decir, la vida eterna.
Jesús va al centro de la persona, a nuestro corazón. Cuanto tenemos que madurar, pues pensamos que dominamos a nuestro corazón, y no, la verdad es que no… quiere de ti, de mí, un corazón sincero, puro, transparente, enamorado (con mayúsculas). Quiere que nos vaciemos de nuestra vida, para que nos llenemos de Él, cuanto menos yo, más Él.
«Dame de beber, …» ¿quien pide a quien?
Deberíamos preguntarnos: ¿que o quien calma mi sed?
Deberíamos preguntarnos: ¿que o quien no calma mi sed?
Os invito a que volváis al pozo. Con el cántaro, tranquilos no os preocupéis de cómo lleváis el cántaro. Dejaros encontrar por Jesús. Dejad que Jesús os pregunte por vuestra vida, tranquilos la conoce, no necesitáis esconderle nada. Muy posiblemente os pregunte por aquello que más os duela, que es de lo que necesitáis liberaros.
Recordad que la samaritana descubrió un gran secreto, el corazón de Jesús no se parecía en nada con el corazón de los hombres que había amado anteriormente. Pues ese mismo corazón, el de Jesús, es para ti!
Como pensamos dar culto a Dios, ¿si Dios no habita en nosotros? El problema antes y ahora no es donde dar culto a Dios. Sino como dar culto a Dios. El culto no lo damos yendo a misa, si mi corazón esta en tropecientas cosas. Si mi corazón esta vacío y quiere llenarse de Dios, cuando vaya a misa, cuando celebre el sacramento de la reconciliación, estará a punto para ello, porque será un verdadero encuentro con Cristo. Pero si mi corazón sigue soñando. Si sigo esperando que Jesús me haga el milagro de que me toque la lotería, o yo que sé! entraré y saldré tal cual. Habremos pasado por el brocal del pozo y nos habremos dado cuenta de que Jesús estaba ahí para, solo para mi…
El alimento del Señor es hacer la voluntad del padre. Y la tuya?
De lejos, a la distancia, mirándonos a Jesús como un partido de fútbol, poco puede hacer él por nosotros. «Por eso dijeron a la mujer: –Ahora ya no creemos solo por lo que tú nos contaste, sino porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo.»
Dios les bendiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se pide respeto y cortesía, los comentarios son moderados: